Esta no es la historia más bonita jamás contada

Esta no es la historia más bonita jamás contada. No seremos los reyes del baile. Ni el primero el uno del otro. Nuestros recuerdos no son tantos como para olvidarlos y no obviamos los detalles porque aún nos parecen importantes. No vamos al grano y aún nos quedan muchas cosas por contarnos.

Esto no es París y no empecé a sentirte cerca en la Torre Eiffel. Sabes que muero por recorrer esas calles contigo pero nuestras coordenadas son otras y no las cambiaría por nada porque lo bonito es que las historias empiecen y no se queden suspendidas en el tiempo.

Nadie hablará de nosotros cuando no estemos y eso es bueno porque solo se habla de las personas que se han querido pero cuyo amor acabó en tragedia. A todo el mundo le gustan las historias de amor pero no todo el mundo se hace cargo de la suya y prefiere vivir las del resto.

La vida es caprichosa a veces y otras sabe que es mejor esperar. No sé si fue el destino quien nos puso en el mismo camino o nosotros que escuchamos al cielo. En aquel baile nupcial hace diez años fuimos invisibles el uno al otro quizás porque nuestro tiempo no había llegado.

Has rodado por medio mundo y yo me he quedado quieta en el mismo sitio. Tú no sabias que llegaría y yo que eras tú. No te salían las cuentas. El saldo era negativo. Pero ahí reside la valentía en arriesgar sin saber que va a pasar.

Vendrán días de luz y otros en los que tendremos que encenderla nosotros. Vendrán días de silencio porque el alma pese. Vendrán días en los que no nos entenderemos y salgan a relucir nuestras heridas. Vendrán días en los que necesites ir al mar para aclarar tu mente y sea yo quien con mis pies en la arena te espere y otros en los que yo necesite caminar muchos kilómetros y quiera que seas tú quien me espere en la meta.

No somos el punto de partida el uno del otro. Piensas demasiado y vuelas mucho pero siempre vuelves. Sabes que no se me da bien usar los palos cuando hay piedras pero vigilas donde piso. Sé que no se te dan bien las palabras pero sí las acciones.

Quizás esta no sea nuestra historia, si no una más. Pero sí son nuestras coordenadas y mientras nos echemos de menos viendo un atardecer el uno sin el otro o queramos robarle un beso al mundo mientras él baila…seguiremos escribiendo nuestra historia aunque nuestras coordenadas cambien…

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