
Por nuestra vida pasarán miles de personas. Algunas solo se cruzarán por un instante y nos mirarán a los ojos preguntándose quiénes somos o cuál es la dirección que seguimos. Otras, sin embargo, nos rozarán el alma haciéndonos sentir únicos y especiales. Por último, solos unos pocos caminarán a nuestro lado sin preguntar, sin dudar y nos cogerán de la mano cuando los que nos hacen sentir especiales nos planten en mitad del camino.
Por nuestra vida pasarán robadores de sueños y chantajistas. Saber reconocerlos pronto nos mantendrá a salvo pero si no es así nos dejarán una lección que jamás olvidaremos. A los robadores de sueños hay que saber ponerles límites y dejarles claro que nuestros sueños sólo nos pertenecen a nosotros mismos. A los chantajistas hay que hacerles a un lado porque con su doble moral nos llevan a tomar decisiones incorrectas y alejadas de nuestra verdad.
Por nuestra vida pasarán timadores de camino y escapistas. Los primeros son esos que compran el pack de la felicidad y después no saben cómo gestionarlo ni que hacer con él. Demasiadas emociones y sentimientos les enloquecen, tal vez porque son como niños jugando a adultos. Lo más difícil es que su inmadurez va creando heridas que con el paso del tiempo podrán cerrarse pero nunca curarse. Los segundos quieren escapar de todo y de todos por la simple razón que no pueden hacerlo de ellos mismos.
Por nuestra vida pasarán robadores de luz y autoengañadores. Los robadores de luz son esos que absorben nuestra energía para seguir ellos adelante. Sus cimientos están tan resquebrajados que necesitan la luz de otros para seguir iluminándose ellos mismos. Pero antes o después su luz se apagará y vivirán entre tinieblas. Si además pertenecen al grupo de los autoengañadores, se convencerán así mismos de sus decisiones y caminarán sobre las aguas.
Por nuestra vida pasarán vampiros y fantasmas que intentarán asustarnos y hacernos vivir en el miedo. Pero la vida no es miedo, la vida es danza y música, la vida es arriesgar para ganar, la vida es caer y volverse a levantar, la vida es tener sueños y esperanzas, la vida no es pedir un “quédate” si no más bien un me quedaré a tu lado sin pedirlo, la vida es un nosotros.
Por nuestra vida pasarán amores inolvidables y otros para no recordar, amigos confiables y otros que mejor alejar, compañeros que harán equipo y otros que al margen se quedan a observar. Pero la vida es un ir y venir, hoy tienes la certeza maña te inunda la duda, ayer cerraste una puerta y hoy abres una ventana. La vida es una constante rueda en la que tú decides hacia qué lado girar. Hoy le rompes al corazón a alguien, mañana te ves recomponiendo el tuyo y buscando cada trocito para volver a armarlo. Hoy persigues una estrella, una ilusión y mañana te das cuenta que lo que siempre perseguiste estaba a tu lado, solo que no supiste darle el valor que merecía. Hoy te miras al espejo y estás tan perdido que ni tu sombra te acompaña. Mañana quizás alguien sea capaz de abrir tus ojos a la luz y hacer que todas tus fichas caigan.
Por nuestra vida los años irán cayendo como las gotas de lluvia en el alero del tejado, nada las detendrá. Un día el fuego convertirá todo en cenizas y el viento soplará, ese día en una mano llevaremos todos nuestros triunfos y en la otra los fallos. Así que intentemos vivir no transitar, encender y no apagar. Mirémonos hoy en ese espejo y amemos lo que vemos. Durmamos cada noche con la paz de saber que hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano siempre para que cuando el viento sople podamos ir con una sonrisa y mirar cara a cara a la muerte.
Vivir, solo vivir…