Me despido de ti 2020

Prometías mucho, nos regalabas un día más, eras par y sonabas bien. El principio de una nueva década, el inicio de tiempos mejores y la esperanza de muchos. Pero tus días han pesado más que el plomo y tus horas se han llevado muchas vidas. 

Llevo muchos días intentando sentarme cara a cara frente a ti, decidiendo que quiero decirte o si es mejor guardar silencio pero bien sabes que no me quedaré callada. Me has revolucionado, me has instigado a perder los papeles y mi rumbo, has hecho que pierda el norte y dude de mi dirección. Algunos de mis días han sido muy oscuros y las noches largas. Me has llevado a entrar en callejones y me has quitado mis opciones. Has estrujado mi corazón y me has empujado a esa delgada línea de la tristeza. Has cerrado muchas puertas. Has hecho que colapsara y mi cuerpo enfermera. Me has dejado sin aliento, sin aire y has tapado mi boca con una mascarilla. 

Pero he decidido no coger esa silla y sentarme frente a ti para decirte todo lo que no has hecho por mí en tus trescientos sesenta y seis días, si no para enseñarte que a pesar de todo sigo aquí más entera y consciente que nunca. Que sigo viviendo, que sigo respirando, que solo eres un mal momento dentro de una vida entera. Que no has conseguido que enloquezca o tire la toalla. Que dentro de unos años te habré olvidado, que solo serás un mal recuerdo, algo por lo que tenía que pasar para aprender y mejorar mi camino pero sobre todo a mí misma. 

Y no quiero que agotes tu tiempo sin que sepas que agradezco las cosas que me has enseñado, que has apartado gente de mi vida que yo no he sido capaz de apartar, que sé que no volveré a suplicarle a nadie que se quede a mi lado y que no me quedaré sentada viendo como otros bailan sin mí. Que solo yo conduciré mi vida y para siempre venga quien venga mi mano solo tendrá tres estrellas. 

Me hiciste sentir en algunos momentos que era una marioneta que nada podía hacer y me has enseñado cuan vulnerable puedo llegar a ser. Pero me has regalado tiempo de maternidad manteniéndome encerrada en casa y pude ver los primeros pasos de mi pequeña campanilla. Y he seguido siendo madre multitarea para mi pequeña campanilla mayor siendo madre y maestra a la vez. Y de ti me quedo con ese recuerdo en los tiempos primaverales; fui madre, fui maestra y salí adelante sola riendo de día y llorando de noche. 

Me has enseñado a abrirle la puerta a las maletas que estaban preparadas hace tiempo y a poner el candado. Me has recompensado con un lugar de trabajo que es hogar y paz. Me has metido en una burbuja donde veintidós más uno nos cuidamos, nos reímos y sin abrazarnos construimos unos bellos lazos. Y en esa burbuja se ha ido colando mi equipo comedor para hacer que a mis días no les faltara la risa ni unos ojos llenos de cariño. Y cada mañana la música ha sonado porque juntos te hemos sobrevivido. Con tu virus, tu pandemia, tu confinamiento y tus PCR has sembrado miedo pero ya sabes que al miedo no hay que darle tiempo ni a los gigantes espacio, así que hemos sacado nuestras capas y dentro de nuestra burbuja te hemos derrotado. 

Prometí despedirme de ti en quinientas palabras pero eso es imposible porque he vivido cada uno de tus días como si fueran míos aunque sé que no me pertenecen. 

Estoy agradecida por todo lo que me dejas. Y aunque pudiera volver el tiempo a un año atrás no lo haría porque sé que las cosas son como son por alguna razón. Sé que todo lo vivido este año resultará ser una bendición en mi vida para siempre. Entenderte a ti es fácil perdonar al resto de actores de este año no lo es. Infringieron demasiadas leyes y rompieron todas sus promesas. Mancillaron la fidelidad y enmudecieron para siempre. 

No ha sido un año fácil para nadie. Si me estás leyendo no te quedes solo con lo malo, no te recrees en ello y valora los pequeños momentos de felicidad, esa que solo puedes alcanzar por ti mismo y que nadie puede darte. 

Si os han dejado este año, os han plantado, se han esfumado o perdisteis a alguien sabed que vuestro dolor es compartido y entendido. Vuestras lágrimas no son en balde y todos los días el cielo nos recompensa con pequeños gestos, momentos y señales para aplacarnos por dentro. Mirad, buscad y observad y dejad que el tiempo se lleve todo el dolor. Parecía que este año no acabaría nunca pero sí, ¡adiós 2020! Hoy aprendí tus lecciones quizás en un tiempo pueda abrazarlas. 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: