Con el amor no bastaba…

Una famosa novela de Máximo Huerta afirmaba que el amor bastaba. Y así tendría que ser si tras esa afirmación hubieran personas con corazones latiendo al unísono en el mismo lugar y al mismo tiempo. Pero las cosas se complican cuando hay arritmia o un corazón que deja de latir.

La escritora estadounidense Emily Dickinson escribió “todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que existe”. Una afirmación que merece ser reflexionada profundamente. Si el amor es todo lo que existe, ¿por qué el amor no basta para que las personas caminen juntas? Cualquiera que sea la relación que exista entre las personas; amigos, compañeros, familia, hijos, pareja… ¿Qué nos distancia? ¿Qué nos separa? Porque todo aquello que nos distancia es lo que un día nos unió. Aquello que hoy no soportamos tiempo atrás lo aceptamos. La ilusión que nos hizo coincidir es la que se perdió, puso distancia y levantó muros.

Después de un tiempo de reflexión y de haber madurado cada afirmación sé que el amor no basta aunque sea lo único que existe. Si bien es cierto que puedo afirmar rotundamente que con el amor de mis pequeñas campanillas basta y que puedo ver claramente en ellas que es el amor y donde está.

Después de haber terminado una relación uno puede extraer muchas conclusiones y ser consciente de que lo que hizo no puede cambiarse pero sí no volver a repetirse. Ese contador nunca volverá a ponerse a cero y en el marcador habrá un empate. Nadie gana, todos pierden. Unos aprenden y siguen, otros se detuvieron hace tiempo. Y esta es una de las razones por las cuales el amor no basta.

Pero la vida te va preparando un nuevo contador, un nuevo marcador y un pódium en el que todos seamos vencederos y el amor si baste y sea lo único que exista. Todo a su tiempo, todo en su lugar, todo a su madurez.

Dicen que las personas exitosas son aquellas que tuvieron madres exigentes. Mi forma de entender el éxito no se mide por el número de ceros en una cuenta bancaria, cantidad de inmuebles o medios de automoción, títulos académicos o número de empleados a tu cargo. Quizás antes yo también pensaba así pero entonces vino una pandemia, un confinamiento y unos cuantos meses difíciles y aprendí que el mayor éxito es que con el amor baste sea cual sea ese tipo de amor y venga de donde venga.

Ha de bastarnos el choque de codos, la sonrisa con los ojos, nuestro grupo de convivencia estable y los picnic de cuatro en un jardín con sol. Tiene que ser suficiente los pequeños detalles, las comidas de tupper y los lunes con sol. Hemos de reprogramar nuestra mente y nuestro corazón, dar un paso adelante y saber que lo que tenemos hoy es lo que necesitamos y tiene que bastar.

Y bastar no es aceptar las migajas que nadie tenga para darnos ni dejar de soñar a lo grande. Quizás las pesadillas de unos son los sueños de otros. Las decisiones de algunos mueven a otros y las acciones de muchos pueden cambiar el rumbo de todos. Cada uno de nosotros tiene la llave que encaja en una cerradura. Mi llave voy a usarla para creer en Emily y hacer que el amor sea todo. En cada pensamiento, en cada acto, en cada palabra voy a poner mi mayor intención. Sé que eso me convertirá en una persona exitosa. Sé que es un tipo de éxito difícil de alcanzar pero sé que valdrá la pena cualquier esfuerzo.

Un día el amor bastó, otro día volverá a bastar y lo que quedó atrás, atrás quedará. Todo lo que venga habrá sido construido por mí, con mis nuevas manos y mis zapatos limpios.

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