
Hubiera gastado hasta mi último centavo contigo aun sabiendo que nada hubiese cambiado. Jamás te habría entregado aunque de dolores y lágrimas me estabas llenando.
Te convertiste en mi pasado y me echaste a un lado cayendo a un precipicio del que nadie se ha salvado. Dejaste de buscarme mientras yo miraba impasible como te habías aislado.
Robaste cuatro vidas y sin temblar olvidaste que el espejo no miente, que nos condenaste al desastre y que al corazón nunca burlaste.
Me soltaste cuando había llegado el momento de amarrarme. Hoy a los pies de la cruz prometo dejarte y que sea el cielo quien de ti se apiade.
👏👏👏
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