
Dicen que el amor no sale a buscarse si no que simplemente un día te encuentra. Que te coge de imprevisto, despistado o sin tiempo. Dicen que llega sin esperarlo y de la persona menos pensada. Dicen que justo el día que vas con coleta, zapatillas y el rostro sin una pizca de maquillaje de repente se presenta delante de ti.
Poetas y escritores escriben cientos de líneas acerca del amor verdadero. Unos dicen que en diez segundos sabes si esa persona es el amor de tu vida. Y otros aseguran que el amor de tu vida siempre te elige nunca te escoge. De amor nadie muere y el desamor no existe. Nunca dejas de querer a alguien que fue importante en tu vida y sí, el odio también es amor pero totalmente desequilibrado.
El cine está lleno de miles de películas que nos hablan de todo tipo de amor. A veces escuchar esa palabra nos suena a sinónimo de romance pero es una palabra que dentro de sus cuatro letras encierra un sinfín de sentimientos y versiones distintas. El amor no tiene por qué ser cursi ni tampoco serio. No se reduce a alianzas, hombres, mujeres y besos.
Estos días finales de diciembre que nos acercan a un nuevo año, son esos días para cerrar las cosas pendientes y pensar acerca de aquello que queremos en nuestra vida. También es momento de saber quien sí y quien no deseamos que nos siga acompañando. A quien dar una nueva oportunidad, a quien dejar atrás, en quien seguir confiando y a quien hacerle sitio a nuestro lado.
Y yo, en contra de toda lógica y de todo eso que se dice sí voy a salir a buscarte. Sé que tú me elegiste hace tiempo mientras yo andaba despistada y sin tiempo. Sé que me has visto con mis mejores galas pero también con ojeras y zapatillas. Sé que entendiste que yo era un gran amor para ti en menos de diez segundos y yo no fui capaz de reconocerte entre mi multitud de miedos.
Sé que cuando nos encontremos no me harás ningún reproche y me acogerás con todo ese amor que tú das que es del de verdad. Llevo algún tiempo preparando mi viaje y mi discurso y sabes que fracasaré estrepitosamente porque me dejaré llevar por la emoción y solo tú sabes que intentaré ser racional pero que con el ¡bienvenida! me habrás ganado.
Quedan pocos días y mi maleta está lista pero sé que no aceptarás regalos. Deseas que lleve poco equipaje y deje de cargar un peso que me quita el aire. Sé que me quieres así un poco rebelde, parcialmente reconstruida, algo loca pero yo misma. Esa misma que entregará a tus pies todo aquello que ya no es y que dejó de ser. Con tu sonrisa y tu luz sé que me mostrarás mi nuevo camino, ese que me hará estar más cerca de ti que eres mi destino.
Vamos a encontrarnos y que el mundo hable…