Decisiones

Los días están llenos de decisiones que a veces se convierten en aciertos y otras en errores. Pero de nada vale juzgarse por lo errado porque sólo quien juega sabe que lo fácil es ganar. Perder es lo que nos hace reales y coloca nuestros pies en el suelo y no en los sueños.

Tomamos decisiones en ocasiones arrastrados por la impulsividad y no por el pensamiento. La vida va más rápido de lo que nos gustaría y no hay tiempo de espera ni de reflexión. Los acontecimientos nos chafan los talones y siendo capaces de decir “no” acabamos diciendo “sí” consumidos por la culpa.

En el devenir de la días a veces nos olvidamos de dedicar unos minutos a meditar en silencio aquello que no somos capaces de decir en voz alta. Acallar lo que nos quema por dentro hace que nuestro cuerpo acabe ardiendo por fuera.

La agitación de la rutina va haciendo que vivamos a trompicones y que solo podamos combatir la descarga eléctrica de los acontecimientos a golpe de decisión rápida. Todos los días con la sensación de no llegar a nada, no culminar nada y mucho menos hacerlo con total consciencia.

Hace un tiempo sentada sobre la roca de un pequeño acantilado veía ante mí la postal que hace un tiempo llevo dibujando y acuarelando. Fueron unos pocos minutos pero me dio el tiempo suficiente para saber que ahí estaba lo que quería para el futuro de mis pequeñas campanillas. La vida sabrá que hace con cada uno de nosotros cuatro pero sé que elegí a quien querría para ellas. Alguien que las deje volar pero las abrace sin que ellas lo pidan, alguien que las acepte sin cambiarlas y que les sea leal para siempre.

Llegan los días finales de la primavera y ando revuelta. Mi cuerpo anda en pie de guerra y mi mente no descansa pero mi corazón sigue latiendo al ritmo que puede. No me exijo estar emocionalmente al cien por cien ni ser diplomática. Dosifico mis energías y visualizo el verano como fuente de calma. Él, ellas y tantos otros me soportan y aunque no me gusta esa sensación de soporte, sé que los que me rodean saben que en nada vuelve la de siempre.

Mucha fuerza a todos. La primavera además de trompetera es exigente porque sabe que después nos traerá la recompensa que merecemos.

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