Me echaba de menos

Me echaba tanto de menos que he dedicado buena parte del día a ser consciente de ello. Echaba de menos mirarme no solo verme. Tengo manchas nuevas en mi rostro y aunque las ojeras han desaparecido después de estos primeros días de descanso sé que estos meses me han pasado factura. No hay nada que el maquillaje y las cremas no puedan disimular. La idea de aceptarme con todas esas imperfecciones está clara y la de no luchar contra el paso de los años también pero sin abandonar la idea de sentirme bien tanto por fuera como por dentro.

Me echaba de menos porque estos últimos meses han sido de ir con prisas, cubrir el expediente del auto cuidado y dejar muchas cosas personales aparcadas. Pero gasto mis veranos para recuperar parte de tiempo y dedicarlo a mí y solo a mí porque para tirar del barco necesito estar y ser yo dentro de un buen equilibrio físico, emocional y espiritual.

Necesitaba volver a hablarme y a escucharme dejando de lado ese ruido innecesario que viene de fuera y me aleja de quien soy. Necesitaba darme cariño y comprensión. Saber que tengo paz en medio de un mundo revolucionado e insensible que ahorca mi paciencia. Practicar la sonrisa y olvidar las expectativas de que el otro te la devuelva.

Llevaba meses escondiendo mi parte sensible y dejando aflorar mi parte racional y mental pero estoy cansada de mantener a raya esa otra parte de mí que no muestro a casi nadie. Pero como siempre la vida viene a empujarme y un día afloran las lágrimas en el momento menos esperado y con el público menos pensado.

No soporto lo que no creo justo y ahí si saco todos mis recursos. Con voz pausada voy expulsando cada uno de los motivos y razones. Quizás pierda pero mi propia victoria es aceptar que no hay nada personal aunque el otro escupa sus palabras de forma elevada.

Me echaba de menos porque no tenía nuevos retos, solo sobrevivir y acabar el curso académico. Porque mi lista de cosas para hacer, probar, innovar estaba estancada. Porque mi agenda de ocio estaba llena de muchas cosas para compartir pero no solo para mí. Porque el futuro estaba sombreado de gris mientras el presente estaba envuelto con luces de neón. Porque no me he parado a pensar ni a meditar solo a ejecutar y resolver. Porque me he cansado de hacer puzzles y de encajar las fichas de todos y dejar las mías de lado. Porque he dejado que la culpa me conquiste y me he juzgado por no estar para todos y todo. Porque no he sabido equilibrar todas las facetas que viven en mí y he dejado que algunas ganen más que otras.

Me echaba de menos. Te echo de menos. Me quiero y te quiero a ti que has conseguido mover el suelo bajo mis pies y me has mostrado que podemos ser dos sin dejar de ser uno y sin renunciar a lo que somos. A veces no entiendo tu humor ni tú mi falta de él pero si tengo que equivocarme quiero hacerlo contigo y que sea el tiempo quien decida por nosotros.

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