
Magia era saber que habitabas en mí y guardar silencio mientras el mundo hablaba sin parar.
Magia era saber que cada día abrirías la puerta sin llamar al timbre y traerías un café para cada una.
Magia era sentir que pasara lo que pasara yo iba a esperarte hasta que pasara el último tren.
Magia era levantarse mirando al sol y acostarse besando a la luna.
Magia era pasear, andar, correr de aquí para allá sabiendo que había un destino y un rumbo marcado.
Magia es vivir cada día con la ilusión del primero y la serenidad del último.
Magia es coger tus manos pequeñas y desear que se pare el mundo.
Magia es saber que la luz busca la luz y la oscuridad solo encuentra tinieblas.
Magia es poder mirarte al espejo y amar lo que ves con cada herida, lunar o marca.
Magia es sentarnos frente a nuestro destino y aceptar lo que venga con la fuerza del guerrero, la inocencia del niño, la frescura del adolescente, la paciencia del adulto y la sabiduría del anciano.
Magia somos tú y yo que no nos rendimos, que nos atamos los cordones, que pedimos ayuda, que somos fieles a nuestras ideas, que aceptamos nuestros errores, que nadamos a contra corriente y que seguimos creyendo en todas las versiones del amor.
Magia es creer que se puede crear y crear lo que se cree. Es querer a quien se deja querer y dejar de querer a quien te deja de querer. Es caminar haciendo camino y dejar de hacer camino cuando no hay fuerzas para caminar.
Magia es estar aquí y ahora. Magia es vida aunque la vida no esté tocada siempre por la magia. La magia es ilusión, la ilusión es sueño y mi sueño es hacer magia cada día en mi vida y en la tuya.
Magia…