
Me cambiaste 2021. Lo hiciste por fuera pero más por dentro. Le fuiste quitando a mi cuerpo todo lo que no necesitaba y le devolviste a mi mirada los ojos que siempre tuve. En cada kilómetro que anduve este año , en cada gota de sudor y en cada alimento que tomé me hiciste consciente de cuánto necesitaba querer a mi cuerpo imperfecto.
Me cambiarás 2022. Sé que lo harás y mis pasos se dirigirán de nuevo a las montañas. Y subiré hasta la cima y contemplaré cada milagro de la creación. Me sentiré libre y retarás a mi cuerpo. En cada pisada y en cada paso dejaré todo el peso que ya no necesito.
Me llenaste de primeras veces 2021. Me sacaste de mi zona de confort y me lanzaste sin paracaídas a mi propia vida. Me pusiste delante de mi propio espejo y cuando reconocí en él todo lo que no quería para mí, desperté. Dejaste que fuera despacio y a mi propio ritmo pero lo lograste.
Me llenarás de primeras veces 2022. Me empujarás un poco más a salir de lo conocido para caminar hacia lo desconocido. Aumentarás la velocidad y pondrás a prueba mi capacidad de adaptación. Y sabes que me harás elegir y que tal vez me equivocaré pero sé que tendrás un as guardado bajo tu manga.
Me has hecho vivir 2021. En los primeros meses arrastraba la sensación de estar solo sobreviviendo a una pandemia, a un divorcio y a un cambio de planes. Pero solo la paciencia, la confianza y el autoconocimiento hicieron que diseñara una nueva vida, un nuevo camino, nuevos retos y un nuevo refugio en el que descansar cuando el corazón apretaba.
Me harás vivir 2022. Sé que me presentarás nuevas oportunidades, nuevos lugares por explorar, nuevos conocimientos por adquirir, nuevas historias por contar, nuevas razones para brindar y algunas lágrimas que irán sanando todas las heridas que aún no se cerraron.
Me has llenado de personas vitamina 2021. Pese a una pandemia que no nos ha dejado abrazarnos, ni tocarnos, ni compartir muchos momentos…no dejaste que hubiera ni un solo día de este año que me sintiera sola. Siempre hubo alguien respondiendo a mi llamada, haciéndome reír, escuchando mi monotema y dándome luz.
Sé que este año 2022 me dejarás abrazar y ser la persona vitamina de otras personas vitamina. Sé que me enseñarás a ser más que estar. Sé que me ayudarás a mantener el equilibrio entre la mujer, la madre y la maestra. Le prometí al año anterior calidad y no cantidad. Disfrutar del aquí y el ahora. Agradecer el pasado, vivir el presente y acoger el futuro.
2021 no fuiste un año fácil. A veces duro, a veces lleno de miedos, incertidumbres, dolores y sueños inalcanzables. Y en algún momento sin magia pero con mucho coraje y esfuerzo las piezas que no encajaban lo hicieron. Abrí la puerta a la esperanza, me alejé de mis demonios y cedí el control. Y sí, me colmaste de felicidad porque mis dos pequeñas campanillas han crecido tanto o más como la luz que desprenden. Porque mi Pequeña I no olvidó que el amor todo lo cura y todo lo puede. Y mi Pequeña II entendió que no siempre recibes lo que das pero que eso habla de quien eres como persona.
2022 no sé cómo serás pero voy a advertirte que si vas a sacudirme llevo puesta la capa y el escudo. Aprendí cuales son los límites, que sí y que no quiero en mi vida. Con quien sí y con quien nunca. A donde ir y dónde jamás regresar. Puedo parecerte pretenciosa porque sabes que mi lista de objetivos a cumplir y de sueños ha aumentado pero créeme que si superé un 2013 y un 2020 voy a esforzarme cada uno de tus días. Y caeré, lloraré, sufriré…pero me levantaré, reiré y seré feliz en el lugar que sea, en el momento que sea y con quien sea. Eso me lo enseñó tu amigo el 2021 por eso me tatué en mi piel tres estrellas que siempre me recordarán de donde vengo, mi letra a que será mi razón de vivir y un corazón que será quien me guíe durante el resto de mis días.
¡Hasta siempre 2021! ¡Bienvenido 2022!