
Queridos Reyes Magos:
Como cada año os hago llegar mi carta. Sé que voy con retraso pero vosotros que me conocéis desde hace tanto tiempo sabéis que este año voy a pediros pocas cosas pero muy valiosas. No hablo de joyas ni dinero hablo de eso que me mantiene anclada al suelo y me llena de paz.
Os pido que la salud me acompañe todo el año y que mi cuerpo responda a las exigencias que los días me impongan. Necesito estar fuerte y tener tiempo para cuidar de mí y no solo hablo de endurecer mis músculos si no de que mi cabeza se aleje de las tinieblas. Necesito que la voluntad no me falle y seguir aprendiendo con terapia lo que le vida me muestra una y otra vez.
Os pido que mi creatividad siga en aumento y que las buenas ideas sigan fluyendo al margen de lo que hagan o no el resto. Quiero probar nuevas formas de expresión creativa y dejar que todo fluya. No ponerme barreras es mi objetivo, no buscar atajos y dejar a un lado esa zona de confort que busco y alejo a partes iguales.
Os pido que mi maternidad siga siendo la que es sin pretender pertenecer al club de las buenas madres porque no está entre mis planes aprender a hacer croquetas ni alardear de una paciencia infinita que no tengo. Cantidad o calidad me dan igual pero sí quiero seguir teniendo consciencia de que el tiempo pasa rápido y que estos días de magia e inocencia pasarán.
Os pido que mi familia y mis amigos sigan a mi lado celebrando mi dicha y llorando mis penas. Unos buenos oídos para escuchar la respuesta aunque no sea la deseada y unos grandes ojos que miren más allá de la simple vista. Nunca miré de reojo ni me importó no seguir todos los cánones. Sé que me seguiré equivocando y tropezaré. A veces seré torpe en mis preguntas pero seguiré siendo una chica a quien querer y no soportar.
Os pido que dejéis tranquilo mi corazón. Fueron años muy agitados pero encontró la paz y la calma que necesitaba. Camina en la misma dirección que otro corazón sin prisas pero con sueños compartidos. En el pasado quedaron muchos capítulos cerrados y ahora se abren otros nuevos. Cuando nos llegue una nueva oportunidad dejad que lo busque y no descanse hasta encontrarlo. Dejad que nos cojamos antes de la mano y prometedme que ahogareis mis lágrimas entre risas.
Me despido de vosotros reyes magos agradeciéndoos de ante mano todos vuestros presentes. Sé que hacéis lo que podéis y que en vuestra mano solo está una pequeña parte el resto es trabajo mío. Si me dejáis un poquito de carbón lo entenderé. Hay días que no doy ni una y que no soy nada de lo que predico.
¡Hasta el año próximo! Me dormiré pronto para que os dé tiempo a repartir a todos sus buenos deseos y a alimentar sus sueños y esperanzas con la ilusión y la mirada de los niños pequeños.