
Hoy cumples tus diez. Los cinco dedos de cada mano. Dos globos de helio. Tu primera decena.
Soplas tus velas con esa sonrisa tan bonita dibujada en tu dulce carita. Sigues siendo esa maravillosa e inocente niña que tacha sus días en el calendario. Esa que cada mañana nos dice el santoral y que desenreda su pelo largo antes de recogerse la coleta.
Con tus diez me doy cuenta que el tiempo pasa rápido muy rápido. Hay días que me llevas al límite y otros que veo la personita en la que te estás convirtiendo y me siento feliz porque sé que un día encontrarás tu lugar en el mundo y lo iluminarás.
Viniste al mundo antes de tiempo y diste a mi vida una vuelta de 180 grados. Fue un parto rápido y aún recuerdo tus lloros al saber que ya no estabas en tu zona segura. Justo en ese momento supe que tu vida valdría siempre más que la mía.
Con tus diez veo ese futuro que te queda por delante y sonrío al saber que estaré ahí para acompañarte. Hemos reído juntas y también llorado. Desafié al destino y a mi cuerpo por traerte pero tú me elegiste y aunque me siento en deuda contigo prometí saldarla. Juntas estamos construyendo un nuevo camino y abriendo nuestros brazos para aceptar las bendiciones que la vida nos está ofreciendo.
Sigues volviéndome loca con tus historias que me cuentas con pelos y señales. Chafo las canchas de basket y te veo ser feliz entre balones, canastas y saques de banda. Quieres ser profesora de E. Física y no sé lo que el destino te tenga reservado pero eres la persona más paciente y cariñosa que conozco con los niños más pequeños.
Siempre fuiste y serás la suerte de mi vida junto con tu hermana. No importa lo que seas ni donde estés cada 30 de enero para mí será un día de fiesta en el que recordaré que me convertiste en madre y me enseñaste a mejorar cada día.
Felices diez años mi Pequeña Campanilla I.