¡Feliz cumpleaños Pequeña Campanilla II!

A cuarenta y ocho horas de cumplir tus dos añitos, me siento a tu lado y mientras observo tu independencia me doy cuenta que en este último año aprendiste a algo más que a caminar tú sola.

Cada día me calzo las deportivas porque sé que acabaremos corriendo y jugando al pilla – pilla en bucle. Te gustan las “altas” porque tú a las jirafas las llamas así y tienes tan claro lo que quieres y lo que no que me haces dudar de si cumples más años.

Sé que eres mi último bebé y contigo digo adiós a esa sensación maravillosa de acunar y a ese olor inolvidable a recién nacido. Has sido y serás junto a tu hermana mi mejor apuesta, mi premio seguro.

Eres tremendamente fuerte y con una energía desbordante pero sé que necesitaba una hija como tú para salir de mi zona de confort y arriesgar el todo por el todo. Sé que me retarás cada día pero me buscarás cada noche para coger mi mano y dejaré que lo hagas hasta que estés preparada para soltarme. Si algo me ha enseñado la maternidad es que hay tiempo para todo.

Algún día conocerás toda tu historia y sabrás que con tu sonrisa has iluminado los días de los que vivimos a tu lado. Cuando te parí di un gran grito y lloré por todo lo que pasamos juntas durante esos nueve meses.

Me das mucho cada día y a pesar de esta pandemia y de todo lo que nos ha quitado, una parte de mí está muy agradecida por todo el tiempo que podemos disfrutar juntas.

He contraído algunas deudas contigo pero cuando crezcas sabrás que yo confío en el cielo y sé que me dará la oportunidad de pagarlas. Me urge ser la madre que necesitas y aprendo cada día para ello.

Aún no has crecido tanto para saber la suerte que tienes de tener a la hermana que la vida te ha dado. Os tendréis la una a la otra para siempre y caminareis juntas. Seréis el bastón la una de la otra y yo veré las mujeres en las que os convertiréis.

Prométeme mi Pequeña Campanilla II que crecerás despacito y que dejarás que exprimamos cada etapa al máximo.

Sé que soplarás las velas de tu tarta y yo pediré un deseo por ti y para ti porque lo de querernos para toda la eternidad es algo que nada lo cambiará.

¡Feliz cumpleaños mi niña de la eterna sonrisa y de los ojos llenos de luz!

Te quiere, mamá.

4 de febrero de 2020

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